El calentamiento global provocará un aumento considerable en las erupciones volcánicas
Este pasado 3 de junio, el mundo quedó desolado tras la tragedia que provocó el volcán de Fuego en Guatemala, que sepultó a más de tres aldeas bajo toneladas de cenizas. Además de las pérdidas humanas (hasta ahora se han registrado 70 fallecidos, pero hay un número incontable de desaparecidos y más de 1.7 millones de afectados), las principales cosechas de maíz y café han quedado reducidas a cenizas en un radio de cinco kilómetros alrededor del volcán. Las consecuencias humanas, económicas y ecológicas son graves, y el presidente Jimmy Morales declaró un estado de calamidad en todo el territorio guatemalteco. Tan sólo unos días antes, la erupción del Kilauea, en Hawai, obligó a cientos de isleños a evacuar sus viviendas y buscar refugio. Los geólogos atribuyen las erupciones volcánicas a un comportamiento normal y rutinario de la Tierra. Sin embargo, algunos científicos han comenzado a detectar en el cambio climático una fuerza que afecta indirectamente la frecuencia de las erupciones.

En noviembre del año pasado, la revista Geology publicó un interesante artículo que muestra la relación que hay entre las erupciones volcánicas y el derretimiento de los glaciares. Un grupo de científicos comparó los registros de la actividad volcánica y de la cobertura glaciar en Islandia, en un periodo que va de 5,500 a 4,500 años atrás – periodo en el que el clima de la Tierra se enfrió y los glaciares se expandieron. El resultado de la investigación fue que el número de erupciones disminuyó significativamente, a medida que el clima se enfriaba y el hielo se expandía. “Observar este cambio en un periodo interglaciar, indica que hay una relación aún más sutil entre el cambio climático y la actividad volcánica”, afirma Ben Edwards, profesor asociado de geología en Dickinson College.
Aunque los científicos aún no logran explicar plenamente cómo es que los glaciares debilitan las erupciones volcánicas, el mecanismo parece ser bastante sencillo. Cuando los glaciares se expanden, todo ese hielo ejerce una enorme presión sobre la superficie de la Tierra. “Esto puede afectar el flujo del magma, así como a los vacíos y las grietas de la Tierra por donde el magma fluye a la superficie”, explica el Profesor Swindles de la Universidad de Leeds. De esta forma, cuando los glaciares se retraen de la superficie, la presión disminuye y el magma se propaga más fácilmente hacia la superficie, provocando erupciones. Así, cuando se presenta actividad volcánica en periodos más fríos, las erupciones son menores en magnitud. A medida que el clima se calienta, las erupciones son mayores y más intensas. Julie Schindlbeck, volcanóloga de la Universidad de Heidelberg en Alemania, afirma que esta investigación muestra que “tal vez, incluso pequeños cambios en el volumen del hielo pueden realmente afectar la actividad volcánica.”

Aún no se sabe si este fenómeno ocurrirá con el actual cambio climático. Sin embargo, el Profesor Swindles afirma que los cambios en la cobertura glaciar que su equipo investigó son similares en magnitud a lo que la Tierra está experimentando debido al calentamiento global provocado por la actividad antropogénica. Al mencionar el Noroeste Pacífico de Estados Unidos, el sur de Sudamérica e incluso la Antártida, afirma que “probablemente veremos mucha mayor actividad volcánica en áreas del mundo en las que interactúan glaciares y volcanes.” Las consecuencias ecológicas, económicas y humanas que podría provocar un aumento en las erupciones volcánicas, no son motivo de ligera consideración – como lo han puesto de manifiesto los centenares de familias afectadas en Colombia tras la explosión del Fuego.
Todas las citas fueron obtenidas del artículo original: Graeme T. Swindles, et. al., “Climatic control on Icelandic volcanic activity during the mid-Holocene” en Geology (2017), 46 (1): 47 – 50.