A lo largo de la historia, el árbol ha sido símbolo de mitos y leyendas. Para numerosas culturas, es un elemento sagrado que representa la eternidad, el fruto del bien y el mal, el origen…
Para los Mayas, el Árbol de la Vida representa la creación del cosmos; la conexión del inframundo con la tierra y el cielo; el eje del mundo y los puntos cardinales. Un árbol es un magnífico símbolo para representar la vida.
Un árbol se nutre de tierra, agua y sol. Hasta su madurez, realiza funciones que son fundamentales para la supervivencia de especies.
Aporta beneficios para la vida:
- Renovador de oxígeno. Un solo árbol puede aportar oxígeno suficiente para 35 personas en un día.
- Regulador de la temperatura, mitigando los efectos del cambio climático.
- Fábrica de humedad y recarga de acuíferos.
- Fuente de alimento para personas, especies y microorganismos a su alrededor.
Como todo ser vivo, un árbol también muere. Tal vez sea esta la parte más inspiradora de su ciclo. Al morir y volver al suelo, un árbol aporta más a la tierra que lo que ha tomado de ella a lo largo de toda su existencia. Así se cierra su ciclo, creando vida en una nueva forma.
“En el momento que termina su ciclo y el árbol muere, cae y se funde otra vez con el suelo que lo gestó. Regresa más de toda la información y toda la energía que tomó del suelo. Regresa más de lo que le tomó en toda su vida”
La fertilidad de la tierra, 1er premio Documental Ecofilm 2016
Tú eres un elemento más del ciclo de la vida, con la capacidad de elegir qué tipo de aportación quieres realizar a otros seres vivos. Con hábitos conscientes de respeto y amor a la naturaleza puedes contribuir a este intercambio de beneficios, al igual que el árbol, dejarás lo que has tomado. Participando en actividades de conservación y reforestación de bosques ayudarás a mantener el equilibrio ecológico. Permitirás que los árboles y especies lleven a cabo su ciclo vital.
Cuídalos, Siembra Vida .
